"Breathe in the light"
Harry llegó a casa con muy buenas noticias. Bueno, al menos él llegó muy contento.
-Vale, le has dicho como unas diez palabras y ya. Muy bien, Harry.
-Lo que hecho ha sido darle curiosidad. Y, gracias a ella, nos encontrará por su voluntad y sin que nosotros hayamos que haber intervenido por la fuerza y escuchará con más facilidad lo que tenemos que decirle.
-Harry, estoy cansado ya de esto.
-Pronto acabará, Niall. Pronto acabará.
Llegué a casa y lo primero, cogí el teléfono para llamar a Josh, pero colgué antes de marcar.
No podía avisar a nadie sobre esto.
Necesitaba información sobre ese vampiro. Quién era, cuánto tiempo tenía (es decir, su edad, cuándo tiempo llevaba convertido...) y qué hacía aquí. Esta información tenía que sacarla por mí misma, ya que si informaba sobre él a los demás, le darían caza.
Y yo no quería matarlo. Al menos, no hasta que me dijera lo que quería saber.
Decidí que, de momento, este sería mi secreto.
Confíaba en mis amigos, por supuesto, pero sabía perfectamente que no me dejarían emprender la búsqueda sola y yo esto necesitaba hacerlo por mi cuenta. Bueno, esto y todo.
¿Cómo podía encontrar esa información? Nosotros no llevábamos un registro de vampiros, no hacíamos censos de ellos ni nada por el estilo. Arg, esto iba a ser bastante complicado.
Decidí que tenía que pensar en esto concienzudamente, por lo que me desvestí, me puse el pijama y fui a uno de los lugares donde mejor pensaba. Mi cama.
Pensé, por horas, con infructuosos resultados.
Algo estaba claro. Tendría que buscarlo. Tratar de cazarlo, como hacía con los demás vampiros, pero sin matarlo, a diferencia de estos. Vale, eso haría. Le cazaría. Ahora la pregunta es, ¿cómo? Cuando nos asignan una caza (bien mi abuelo, bien algún cazador superior), nos dan los datos (dónde podemos encontrar al vampiro, los lugares que frecuenta, domicilios, nombre, edad... En resumidas cuentas, todo) dado que ellos han investigado antes, pero, ¿y ahora? Tendría que encontrar otra manera de cazarle, sin recurrir a eso. Pero, ¿cómo si nunca antes lo había hecho así? Él podía haberse ido ya de la ciudad, quizá estuviera ya en otro país, o continente. ¿Quién sabe? Yo no podía saberlo.
Comencé a desesperarme y sabía que, con el cerebro a reborsar de preguntas cuáles respuestas sólo me generaban más preguntas no daría con nada que me ayudara, así que decidí dejar mi mente en blanco por esa noche, dormir y confiar en que, a la mañana siguiente, se me ocurriera algo.
Confíaba en mí misma y me gustaban los retos. Sacaría este adelante.
Y este, era un reto personal.
Comprendía a Niall, claro que le comprendía. Comprendía perfectamente su enfado.
Llevábamos cerca de un año de aquí para allá y él estaba cansado de eso. Quería salir de casa sin la certeza de que esa podría ser la última vez que lo hiciera, pero, ¿acaso no salimos nosotros siempre con ella?
Me paré enfrente de su casa, sorprendido al no detectar a Josh por ninguna parte. Creí que, después de lo de antes, ella le habría alertado sobre lo que pasó y estarían buscándome.
Salté la verja sin ninguna dificultad y accedí al jardín con cautela.
Estaba arriesgando mucho volviendo por aquí.
Miré a ambos lados. Nada.
Si me tenían una trampa preparada, con sumo gusto caería, pero tampoco quería quedar como un novato, cayendo en cualquier tontería, como un hoyo, o algo así.
No había luz en la ventana.
Quizá Selena no estuviera aquí, sino en aquel apartamento, que juraría que pertenecía a Josh, porque sospecharon que vendría aquí a buscarla.
De todas maneras, ya que había venido hasta aquí, tenía que comprobarlo.
Subí al árbol y eché un vistazo al interior de la habitación.
Me sorprendí al ver que ella estaba allí. Y dormía.
Sonreí.
Una de dos, o ella era el cebo para la trampa o no se había visto muy afectada por nuestro anterior encuentro y no me temía. Bueno, antes, en el parque, tampoco lo hizo.
Para ser una trampa parecía demasiado obvio. Además, estaba ella sola en casa.
Entonces no suponía un peligro para mí.
Me senté en una de las ramas, que crujió bajo mi peso pero aguantó, y la observé durante un rato, hasta que empezó a agitarse.
Intrigado, avancé hacia la ventana.
Y, despacio, la abrí.
Caminaba, descalza, por las calles de mi ciudad.
El suelo estaba frío, pero yo seguía caminando.
No había absolutamente nadie por la calle y todas las luces estaban apagadas. Las ventanas de las casas, cerradas a cal y canto. No se oía ni el más mínimo ruido.
Las calles y edificios únicamente estaba iluminados por las estrellas del cielo, totalmente despejado.
Caminaba mientras decía "¿Hola?" intentando dar con alguien que me diera una explicación de por qué me encontraba allí, pero no salía ningún sonido de mi garganta.
Tenía mucho frío, ya que iba en una camiseta de manga corta y unos simples vaqueros. Vaho salía de mi boca cada vez que hacía otro intento por pronunciar palabra.
Seguí caminando.
Quería llegar a mi casa y acabar con esto, pero, por alguna razón, no era capaz de acordarme dónde vivía.
Me estaba empezando a poner nerviosa. Nunca me había gustado el silencio y lo único que se oía eran mis pies deslcanzos sobre la fría acera, aparte de mi respiración agitada.
Y entonces, la oí.
Hubiera preferido continuar escuchando el silencio.
-Selena, Selena...
La voz. Esa maldita voz.
Provenía de unos cuantas metros por detrás de mí.
Me giré, mas no vi nada.
Pero la voz volvió a llamarme más fuerte, por lo que me asusté y eché a correr entre las calles oscuras y muertas.
La voz sonaba cada vez más y más cerca, iba a cogerme... ¿Y dónde estaban esos ojos? ¿Dónde? ¡Necesitaba ayuda!
Grité y me incorporé en la cama, respirando agitadamente.
Al abrir los ojos me sorprendí al descubrir, entre las sombras de mi cuarto, los ojos de mis sueños que esta vez me habían abandonado, seguidos de un rostro y un cuerpo.
El vampiro. Estaba aquí.
Parpadeé, tratando de enfocar mejor y, al abrir los ojos de nuevo, él ya no estaba.
Me giré y encendí la lámpara de la mesilla de noche.
Allí no había nadie más que yo.
Suspiré.
Seguramente había sido parte de mi sueño. Tenía la mente muy alterada.
Una corriente de aire me movió el pelo y miré la ventana.
Si había sido un sueño... ¿Cómo explicaba que la ventana se encontrara abierta? Recuerdo haberla cerrado antes de acostarme.
Pasé mala noche después de esa pesadilla.
No volví a conciliar el sueño, por lo que me duché para quitarme el sudor frío en el que estaba empapada y me preparé un vaso de leche. Cuando me hube duchado, cogí el vaso de leche y el portátil, dejé el vaso en la mesilla, me senté en la cama, puse el ordenador sobre mis rodillas, lo abrí y lo encendí.
Me puse a teclear, buscando si había habido alguna desaparición reciente o alguna muerte que cuadrara con el perfil del vampiro. No tenía por qué ser reciente, pero así iría estrechando más el círculo hasta quizá dar con la respuesta.
Amaneció y no di con nada.
Tendría que seguir insistiendo.
Llegué al Starbucks como siempre y Josh estaba allí para decirme lo bonita que estaba ese día. Obvio, era sarcasmo, ya que tenía una cara de muerta con la que casi no podía.
-Creo que deberías irte a casa.
-Qué no, Josh, que no. Que estoy bien.
-Si lo digo porque asustarás a los clientes, no por otra cosa...
Le golpeé.
-¡Au!
-Quejica...
Corrí un poco la cortina para mirar al exterior.
Uh. Hacía sol. Y bastante, además.
Sabía de unos amigos míos que hoy no podrían salir...
Fui a mi cuarto y cogí el móvil.
Harry me había hecho tirar el vaso con el número de Selena nada más que me acabé de beberlo, pero por suerte, lo había memorizado.
Me subí al sótano, mientras que ellos estaban en el salón.
No quería que Harry me oyera, aunque no sé si había forma de escapar a su oído en aquella casa.
Me tropecé un par de veces con las cajas apiladas que Zayn y Liam habían dejado ahí arriba, pero al final marqué y me senté en una de tantas cajas.
Le había clavado a Josh una pajita en el brazo y ahora él me perseguía con unas pajitas mientras yo corría por detrás del mostrador.
-¿Quién soy?
Me di la vuelta y vi que se había puesto las pajitas como colmillos de vampiro.
-Alguien no muy inteligente, desde luego.
Me empezó a sonar el móvil y él lo cogió.
-Dámelo, Josh.
-Ah, no.
-Ah, sí.
Le pinché con una pajita y me lo dio.
Si en el fondo quería dármelo, yo lo sé y él lo sabe.
-¿Hola?-dije, cogiéndolo.
-Ey.
Me quedé un poco rota.
-¿Te conozco?
-Ah, qué pronto te has olvidado de mí...
-Me suena tu voz, pero... Disculpa, últimamente estoy muy ida.
-¿Ni siquiera sabes cómo conseguí tu número?
-Pues...
-¿A cuantos chicos le das tu número escrito en un vaso?
Y de pronto vi la luz.
-¡Niall!-exclamé.
A Josh se le cayeron los vasos vacíos que llevaba y estos rodaron por el suelo.
Con un gesto, le indiqué que los recogiera.
-Sí, en efecto. Soy yo. Sé que te dije que te llamaría y, créeme, lo iba a hacer, pero tuve que salir de la ciudad y me fue imposible hasta ahora.
-No importa. Lo que importa es que lo has hecho.
Le oí reírse.
-Vaya, pensé que te enfadarías... Bueno, iré al grano. ¿Querrías quedar conmigo hoy?
-¿Cuándo?
-Ahora, más tarde... Cuando quieras.
-Ahora estoy trabajando, pero mi turno acabará pronto.
Josh estaba haciéndome burla, imitando las caras que ponía al hablar, así que le di un golpe a los vasos de plástico que había recogido del suelo y los había puesto en la mesa, con lo que volvieron a caerse otra vez.
-Puedo ir a buscarte, si quieres. Así me doy una vuelta.
-Perfecto. Aquí estaré, entonces.
-Te veo en un rato.
Después de colgarle, me guardé el móvil en el bolsillo y me agaché a ayudar a Josh a recoger los vasos.
-¡Y tú que decías que no llamaría!
-¿Y por qué no te llamó antes?
-Tuvo que salir de la ciudad.
-¿Y es que allá donde fue no había cobertura?
-¿Y yo qué sé? Si no pudo llamar, no pudo.
-Ya, claro...
Colgué y me levanté de encima de la caja.
Bien, ahora sólo tenía que engañar a los demás para que me dejaran salir.
Si se lo preguntaba directamente no me dejarían (y menos Harry si descubría en la compañía en la que iría) así que tendría que engañarlos de alguna manera, pero, ¿cómo?
Bajé al salón y lo crucé disimuladamente, para que no se vieran mis intenciones.
-¿Adónde vas, Niall?-dijo Liam, sin despegar la vista del libro que estaba leyendo.
-A la cocina. ¿Quieres algo?
Zayn se rió.
Salí del salón y, antes de que pudieran pararme, corrí hacia la puerta y salí al exterior.
-¡Niall! ¿Adónde vas? ¡Vuelve dentro!
Eché a correr y los vi a los cuatro parados en la puerta, mirándome fijamente.
Ventajas de ser "humano". No te derrites al sol.
Corrí por las calles, dejándoles atrás.
No corría porque tuviera prisa, ni porque temiera que me atraparan, sino porque por fin era libre, al menos, por un rato. Hasta que anocheciera y salieran en mi busca, pero hasta entonces...
Corrí y salté.
La gente me miraba raro, pero me daba igual.
Dudaba de si sabrían ellos lo que era estar atrapado entre cuatro paredes durante semanas.
Doblé la calle y vi el Starbucks, asi que me detuve y caminé, normal.
Antes de entrar me giré y miré el cielo.
El sol aún lucía con fuerza, pero tenía poco tiempo de libertad, puesto que los días aún eran cortos. Y además, le estaba haciendo un favor a Harry.
Cuando vinieran a buscarme y me descubrieran con ella, él podría contarle lo que quisiera.
-¿Crees que tardará mucho?
-Ah, no sé, Sel... Quizá viniendo hacia aquí se perdió o le secuestró una bandada de pájaros y se le llevó volando...
-No tiene gracia.
-Pues la mayoría de las veces te hago reír.
-Venga Josh, dime qué te pasa. Si no supiera...Eso, te diría que estás celoso.
-Es sólo que no tengo buenas vibraciones sobre esto.
-¿Sobre esto? ¿Sobre Niall, quieres decir?
-Sí, exacto. Hay algo en él que no me gusta.
-No serán sus ojos, porque son muy bonitos.
Josh suspiró.
-Mira, ahí está.
Giré la cabeza y acto seguido él entró por la puerta.
-¡Ey!-me saludó, con una sonrisa.
Le sonreí.
-Dame un momento y nos vamos.
-Los que quieras.
Me quité la chapa y se la tiré a Josh.
-Ya podemos irnos.
Me despedí de Josh y, cuando fuimos a salir, me sujetó la puerta y él salió tras de mí.
Echamos a andar por las calles.
Las mismas calles que, en mi sueño, estaban oscuras y solas.
-Creí que jamás volvería a verte.
-Jamás es mucho tiempo, ¿no crees?-dijo.
-Pues tienes razón.
Hablamos durante mucho rato y llegamos al parque.
Me contó que era irlandés y que tenía 19 años, aparte de mil anécdotas divertidas y otros cuantos hechos sobre su vida.
-¿Y qué ha atraído a un irlandés a esta ciudad?
-Mi abuela originariamente era de aquí y, bueno, tenía una casa... Y vine aquí, para alejarme un poco de todo.
-Y cuando dijiste que tuviste que salir de la ciudad, fue para ver a tu familia en Irlanda, ¿no?
Él sonrió.
-Sí, eso es.
Me senté en una de las dos sillas de ese columpio colgadas por cadenas con las que te balanceas alante y atrás.
-¿Y qué hay de ti?-preguntó.
Le conté que mis padres murieron al ser yo un bebé, que pasé al cargo de mi abuelo que rara vez estaba en casa, que Josh era mi mejor amigo... Por supuesto, no mencioné nada sobre los cazadores y los vampiros. De haberlo hecho, seguramente él no me hubiera creído.
Durante mi narración, había estado mirando tras mi hombro continuamente y me había fijado mucho en los rostros de la gente que pasaba, buscando al vampiro, pero era una idiota si pensé que lo encontraría tan fácilemente.
Niall se dió cuenta.
-¿Buscas a alguien?
Sonreí.
-Algo así.
-¿Puedo ayudarte en tu búsqueda?
-Pues...
¿Y por qué no? Si él le veía, podría avisarme.
-Sí, sí puedes. Busco a un chico alto, delgado, pálido, de ojos verdes y pelo claro y rizado. No sé el nombre.
Su cara se quedó sin expresión por un momento.
Despues, se recobró y asintió.
-Si le veo, te avisaré.
Seguimos hablando hasta que anocheció.
-Se hace tarde. Será mejor que te acompañe a casa-dijo.
-Como quieras.
No quería que la velara acabara, pero si él lo decía, habría que hacerlo.
Me acompañó hasta la verja de casa.
-¿Volveré a verte?-pregunté, antes de que se fuera.
-Claro. Tenemos que buscar a tu amigo desaparecido, ¿no?
Sonreí.
-Sí.
-Te llamaré pronto. Lo prometo. Adiós, Sel.
Emprendí el camino de vuelta, sabiendo lo que me esperaba.
Ellos estaban por allí.
Les había visto, espiándonos, mientras hablábamos.
No es que me importara que nos espiaran, por supuesto.
Pero tampoco era agradable que cuatro personas no te perdieran de vista ni un sólo momento y escucharan cada una de las palabras que decías.
Ay, ay, la que Harry me iba a dar...
Y no me equivocaba.
Aparecieron delante mía, de un salto, de repente.
-¡AH DIOS! ¡Qué susto! ¿Cuántas veces os he dicho que no hagáis eso?
Harry se lanzó a por mí, mas Zayn le sujetó.
-Tranquilo, Harry, para.
-¡Yo le mato!
-Pero si no he hecho nada...-dije yo, inocentemente.
-Yo creo que no eres consciente de lo que has hecho-dijo Liam-Primero. Nos has mentido. Segundo. Te has escapado.
-Ah, Liam, ya para de ser mi papá, ¿quieres?
-¡Y tercero te fuiste con Selena!-dijo Harry.
-Hablando de padres...
-No, Niall es que no lo entiendes. A mí no me importaría que te fueras con ella donde te diera la gana en otras circustancias, pero por desgracia, esto no es así. Suéltame, Zayn.
Así lo hizo.
Me miró, intentando aún calmarse.
-Hoy os habéis puesto en peligro los dos. ¡Justamente a las dos personas que va buscando y las dos personas que van juntas, sin vigilancia! ¿No lo entiendes?
-Pero, ¿acaso no es eso lo que pretendemos?-pregunté, sin entender.
-¡No! ¡Así no!
-Pero...
-¡Cállate! No te tendré esto en cuenta porque no se va a volver a repetir, ¿me entiendes? Ya estaré yo pendiente de que eso no vuelva a pasar. Y ahora vamos.
-Eso te crees tú-susurré, mientras metía las manos en los bolsillos y les seguía rumbo, a lo que supuse, mi prisión. O lo que es lo mismo. Casa.
Siento mucho la tardanza, de verdad. Pero es que cada dos por tres últimamente estoy enferma y, bueno... Es complicado. Pero muchas gracias por haber sido tan pacientes y aquí tenéis un nuevo capítulo. ¿Qué? ¿Aún está un poco liosa la cosa? No os preocupéis, las respuestas vienen en los próximos capítulos (:
@Cris_Jbieber